sábado, 13 de diciembre de 2008

Titapu

“Amores como el nuestro quedan ya muy pocos” recita la canción. Bailas y vuelves a bailar, la pista de baile te hace vibrar, y más cuando tienes al mejor bailarín del lugar empapado de Perry Ellis para tu deleite. Te sientes vibrar, mueves tus caderas al ritmo de esa rica salsa. Sabes muy bien que en un futuro cercano estarás sudando y retozando en su cama. La música es así, traicionera, te puedes enamorar fácilmente con unas copas, un perfume y un hombre que te provoca un orgasmo en la pista. No lo puedes evitar, naciste para esto, y supones que tu vida es miserable salvo por estas noches de sábado donde eres capaz de olvidar tu triste, vacua e insignificante vida.

Tú más que nadie lo sabe, esas caderas que tienes y ese apetitoso pecho vuelven loco a cualquiera, y sacas provecho de ello con esos pantalones entallados y esos gloriosos escotes que te vuelven la envidia del antro que visites. Te das el lujo de rechazar muchas invitaciones de baile, y es que “las águilas no andan entre las moscas” te dices, y esperas bailar con el hombre más experimentado, aquel que te haga vibrar, aquel que vaya a ser el dueño de tu cuerpo esa noche. Y sólo esa noche, pues no lo volverás a ver jamás.

Estás deliciosa ésta noche, justo como te gusta, la nueva fragancia de Givenchy sazona tu acaramelado cuerpo. Y aunque no crees en marcas, el collar de rubíes de Cartier, regalo de tu última conquista millonaria, resalta tus traviesos pechos que se asoman por ese atrevido escote de la blusa rojo vino venida de Praga.

Hoy es tu noche, sábado por supuesto. No pudiste esperar más, estabas ansiosa y nerviosa, y por eso tuviste que tocarte toda la tarde. Ahora estás más calmada. El heredero de los Limantur está en la ciudad y visitará el salón de salsa. Es tu oportunidad ideal para constatar si son verdad esas historias increíbles de sexo que se cuentan de él. Sabes que ninguna zorrita será más apetitosa para él que tú. Y es que tienes las nalgas más deliciosas, y la sonrisa más maliciosa. Y no es por nada, todas esas noches de sábado te enseñaron lo que en verdad vales. La diosa del mundo, con ese culo y esas tetas. Qué importan el hambre, las guerras, los problemas sociales y económicos si tu puedes llevarte a la cama a quien quieras, y esa polla enorme entre tus nalgas te hace sentir especial.

Te amo lo sabes, pero yo sólo soy un bicho insignificante que jamás te dará los beneficios económicos que deseas. Además lo reconozco, me enamore de tu enorme trasero y de tus ojos picaros. Poco sé en realidad de ti, y poco me interesa conocerte. Me basta con ver menearte todos los sábados por la noche cuando haces tus conquistas más redituables.

Más no me cansaré hasta poder probar tus mieles, no importa si debo sentirme miserable por siempre, no importa si debo cambiar mi dignidad por probar tus secreciones prohibidas. Es todo lo que deseo, y es la razón por la que me levanto todos los días.

Espero que no tardes mucho en fijarte en mí, el otro día nos topamos en la barra, me sonreíste, cogiste tus bebidas y te fuiste con tu galán en turno. ¿Sabes? Ahora estoy tomando clases de salsa, espero pronto poder invitarte una pieza. Por lo pronto no cambies, tu sensual aroma le da sentido a mis sábados. Ayer soñé contigo. Ahora sé que me estoy volviendo loco. Loco por la putita más suculenta de la ciudad.

2 comentarios:

Léopard Vicious Rose dijo...

Una amiga, me dijo una frase que yo cambiare la palabra perras por putitas

"Las putitas cogemos mejor"

Y joer, que son expertas en el arte de la seducción y a veces son tan atractivas U.U
Lastima que sean putitas y solo eso.

Dwarf dijo...

Lastima por que???

La forma de vivir la vida no deve ser motivo para menospresear o lastemear a nadie mi buen.......... siempre y cuando sean consistentes con ella.