sábado, 25 de octubre de 2008

Mi niña del congreso

Me hiciste recordar mi primer beso sin tener que besarme. Tenía tanto tiempo que no lo recordaba. Al parecer una tremenda obsesión me hizo olvidar que estoy vivo y que tengo un maravilloso pasado, plagado de bellos momentos. Te contaré cómo fue porque tengo que hacerlo, no creas que lo hago por presumirte ni mucho menos por celarte.

Fue mi primera novia, y creo que me hice su novio porque mi mejor amigo de aquel entonces la consideraba hermosa. Estábamos en una disco, en uno de esos bailes sin alcohol, para estudiantes de secundaria. No mentiré, no recuerdo exactamente que canciones estaban sonando. Lo que sí recuerdo, es que a cada canción me acercaba más a ella, podía sentir su cuerpo junto al mío, sus manos, su cintura, su aroma. De un momento a otro empezamos a rozar tiernamente nuestras narices, nuestras frentes y, finalmente, nuestros labios se encontraron tímidamente. Había sentido la magia por primera vez. Claro que recuerdo sus diminutos labios apretados contra los míos, la firme y apasionada manera con que me besó aquel el día de mi primer beso.

No recordaba ya aquellas sensaciones, pero ayer hiciste que todo eso volviera a mi mente, me despertaste de un largo y pesado sueño que amenazaba con convertirse en mi tumba.

Llego al antro y comienzo a buscarte ansiosamente, como quien espera el resultado de su examen de teoría de conjuntos. Te veo. Estas danzando alegre y graciosa como un hada de los cuentos. Me acerco hacía donde estás y saludo a tu amigo el grandulón que la ha hecho de tu guardaespaldas toda la semana y extrañamente, su gesto es amigable. Segundos después el mismo tipo, que llamaré Macario, se encarga de forma elegante e inadvertida de hacer que quedes frente a mí. Bailamos un rato y percibo tu dulce perfume, mismo que unos días antes se había encargado, junto con tu esencia, de cautivarme. Me dices que estas cansada y justo cuando nos sentamos, Macario, que me había parecido tan leal esa noche, te saca a bailar nuevamente. Frustrado, derrotado en mí asiento y sin conocer a nadie, estoy a punto de marcharme, pero un gesto de valentía me indica que debo sacar a bailar a una de tus amigas. Así lo hago, y me distraigo un rato. Cierto tiempo después me encuentro a tu lado nuevamente, pero no soy yo tu pareja, ni tú la mía. Termina una canción y mi acompañante, me dice que no aguanta más y me agradece, le respondo devolviéndole la cortesía y cuando volteo veo con agrado que tú haces lo mismo con tu compañero. Una ventana se abre en mi corazón y no desaprovecho este instante, la música es la ideal para bailar tomándote de una mano y de la cintura y, así lo hago. Canción con canción, el roce de tu cuerpo con el mío, de tus manos con las mías, tan suaves, tan delicadas, tu blusa coqueta que a ratos deja ver tus refinados hombros, tu cabello tan lindo, tus gestos al cantar y, tu olor, me conducen a un paraíso olvidado para mí. Me encuentro en un estado de embriaguez total sin haber tomado una sola copa. Volvemos a sentarnos y extasiado como me encuentro, pensando que tú sientes lo mismo, no tardo en hacerte saber mi sentir, esperando correspondas a mis palabras. Es ahí cuando el movimiento horizontal de tu cabeza y unas palabras que no logro recordar, me devuelven a la realidad.

Eso no importa ya, y es que, después de pensarlo bien, me doy cuenta que tu respuesta es lo más sensato. Pero no me culpes ni te enojes por mi atrevimiento, será tal vez que me hiciste revivir la noche de mi primer beso, y me hiciste sentir tan cómodo que inconscientemente yo sólo quería estar contigo y refugiarme entre tus brazos.

Gracias por haber sido parte de esa noche maravillosa y haberme despertado de ese aturdimiento y ese sueño de insensibilidad y de incapacidad para amar a alguien. Gracias por todo mi niña de San Juan.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Buff, yo para lo romántico soy un poco alérgico... pero lo de cómo cagar en un frasquito me ha parecido muy educativo jeje

Que sea leve lo del análisis

saludos

Charly García dijo...

Órale, que bueno que te sirvió para algo leer estas atrocidades, y pues lo del análisis mañana voy a ver qué onda, gracias por pasarte por acá.

Léopard Vicious Rose dijo...

Que buen escrito, yo conocí a alguien llamado Macario y no era chido xD
Un saludo

Caimito Cienfuegos dijo...

luca: gracias por tu comentario, trataremos de poner cosas más educativas.

c. garcía: espero que le haya ido bien en lo de su análisis.

l. v. rose: gracias. sospecho que todos los macarios son mala onda, menos aquél de las flores de obelisco.

Unknown dijo...

Charly cuentame como te fué en tus exámenes médicos y recuerda que hay que mover un poco más los intestinos o sea un poco de ejercicio no te caería mal. QUE METICHE!!